
Incluso en entornos de confianza y afectividad Los Problemas y Conflictos Familiares son inevitables tarde o temprano. La familia es un entorno vivo, las personas que la conforman cambian, se insertan nuevos miembros, otros se van y las relaciones evolucionaran o involucionaran constantemente.
Una vez se entiende que sus ocurrencias son normales y posibles sus soluciones, será más sencillo abordar el problema con la suficiente tranquilidad como para aplicar nuestro sentido común y empatía. Dicho esto, si tienes algún conflicto con un familiar o simplemente deseas mejorar la relación con esas personas que conviven contigo a diario, puedes seguir alguno de estos consejos que de seguro más de uno te serán útiles.
Algunos tipos de problemas o conflictos familiares
Tabla de contenidos
Las familias, sin excepción de ninguna son un mundo aparte, tienen sus propias características, costumbres, diferentes cantidad de miembros, y por supuesto, sus diferentes problemas. Según algunos expertos los problemas familiares se pueden agrupar en dos grandes tipos, los generados por la relación existente entre los miembros que componen la familia o en base a la causa de los conflictos.
Conflictos de pareja – Conflictos familiares según el tipo de relación
Es inevitable que ocurran problemas, conflictos e incluso crisis en el contexto de las parejas. La buena noticia es que todo siempre tendrá una solución. Existe un dicho que dice, «Lo que no te mata te hace más fuerte», y esto se aplica muchísimo al entorno de las parejas. Si manejamos correctamente los problemas con nuestra pareja siempre podremos encontrar una solución o un punto de equilibrio entre las causas que lo originaron (comúnmente problemas de comunicación o de malos entendidos). Estas serían las causas más comunes:
- Problemas de comunicación: expresiones incorrectas, reproches, discurso emocional, insultos, conversaciones intensas frente a terceras personas, etc.
- Sensación de pérdida de libertad y autonomía por parte de uno de los miembros de la pareja.
- Forzar un cambio en la forma de ser de la pareja.
- Falta de tacto y sensibilidad para resolver conversando algunos problemas.

Problemas familiares entre padres e hijos – (según el tipo de relación)
Esto problemas en especial son muy comunes y su frecuencia e intensidad dependerán directamente de la etapa de desarrollo en la que se encuentren cada uno de las partes implicadas (edades de los padres y principalmente de hijos). Veamos estos conflictos en sus etapas:
- Conflictos durante la etapa de la infancia de los hijos: estos conflictos suelen girar en torno al desarrollo de la autonomía del niño. En estos casos o bien los padres no tienen claro cómo conceder esa autonomía, o bien no creen que el hijo se esté orientando hacia la educación que ellos creen correcta para él.
- Conflictos durante la adolescencia: Esta será la etapa en la que mayor número de conflictos surgirán. Principalmente aparecen cuando los hijos tienen entre 12 y 18 años, donde fluctuaciones emocionales propias de la edad pondrán en tela de juicio tu experiencia como adulto, tu autoridad como padres y a veces en crisis tus nervios.
- Conflictos con hijos ya adultos: cuando nuestros hijos crecen y alcanza la adultez comienza en determinados casos la convivencia entre personas ya adultas. Como personas adultas que ya son todos tendrán diversas maneras de pensar y de entender cómo vivir u organizar su vida, por lo que esta época también será propensa a la ocurrencia algunos conflictos familiares.

Conflictos entre hermanos – Conflictos familiares según el tipo de relación
Cuando se tienen más de un hijo es probable que los hermanos discutan en más de una ocasión, ya sea por celos, envidia o por diferencias personales, y en ocasiones por diversión de uno de ellos, casi siempre, el mayor para molestar al más chico o chica. Para poder abordar un problema entre hermanos podemos propiciar el diálogo y la comunicación asertiva entre ellos.
Este tipo de conflictos son de los más habituales y los que más perduran independientemente de la etapa en la vida en que se encuentren cada uno de ellos. En la mayoría de los casos no es obligatoria la intromisión de los padres, pero sí en caso de que los problemas vayan a mayor o caigan en falta de respeto.
Si todo tiene un lado positivo, el de este conflicto es que desde edades tempranas podremos ir fomentando una correcta educación entre ambos hermanos para evitar que los problemas en otras dimensiones se generen en etapas de adultez. Por tanto, ustedes como padres deben pulir inteligentemente la relación de hermanos y ver los conflictos en edades tempranas como una oportunidad al aprendizaje para la vida adulta.
Problemas familiares con la tercera edad (según el tipo de relación)
Cuando nuestros abuelos o padres entran en la tercera edad los cambios que experimenta serán trascendentales y dramáticos.
Tanto a nivel biológico (deterioro corporal, demencia, enfermedades) como a nivel social (jubilación, pérdida de amistades y de seres amados) este familiar sufrirá cambios a los que no estará acostumbrado dando lugar a conflictos con el resto de componentes del núcleo familiar.
Lo peor de todo es que estos problemas pueden llegar juntos o por grupos, empeorando aun más la situación.

Crisis características del propio ciclo de vida – (Según el foco del problema)
Cada cambio de etapa en el ciclo de la vida suele traer acompañado algún conflicto. Generalmente esto se debe a cambios radicales en nuestras vidas como nuevas responsabilidades, asimilación de nuevos roles, matrimonios, jubilaciones, defunciones, etc.
Si estos conflictos familiares intentan ser solucionados de forma poco perspicaz e incorrecta pudieran llegar a convertirse en auténticas crisis familiares.
Crisis externas a la Familia – (Según el foco del problema)
El origen de estas crisis se encuentran en factores externos a la propia familia, como la aparición repentina de un acontecimiento inesperado (la pérdida de un empleo, alguna clase de accidente, el fallecimiento de una persona querida, etc).
Como regla general estas crisis se caracterizan en la búsqueda de culpables por parte de la persona más afectada, en vez de procurar acostumbrarse a las nuevas circunstancias o conseguir una solución a corto y a largo plazo sin afectar a su medio.
Crisis estructurales familiares – (Según el foco del problema)
En este tipo de problemas familiares es muy común la repetición de antiguas crisis o sucesos, haciendo que conflictos ya enterrados reaparezcan entre los miembros de la familia.
Crisis de atención – (Según el foco del problema)
Estas crisis son propias de unidades familiares en las que residen personas dependientes o desvalidas. En estos casos los conflictos aparecen cuando las personas encargadas de su cuidado ven limitadas o restringidas sus actividades habituales o sus libertades.
Determinar el origen de los problemas y conflictos familiares es un factor clave para resolverlos
En primer lugar, conviene ubicar cual es la raíz del conflicto. Existen muchos momentos o motivos que generaran algún tipo de conflicto en el seno de tu familia, desde falta de comunicación, relaciones tóxicas, resistencia a cambios, etc. Identificar cual es el problema es el primer paso correcto hacia su resolución.
Desconfianza
La confianza es la base de toda relación, es lo que te da tranquilidad y comodidad, es el suelo firme desde el que construyes todo lo demás. Si hay desconfianza se abrirán paso las inseguridades, las relaciones pueden tornarse posesivas y por ende conflictivas.
Reflexiona el motivo por el cual crees que alguna de las partes no está siendo honesto y ten presente que suelen hacerlo por miedo a ser juzgado o incomprendido.
Problemas de comunicación
La causa principal de la mayoría de los problemas o conflictos familiares es olvidar como comunicarse. A veces resulta difícil expresar pensamientos o sentimientos, haciéndolo simplemente mal o hasta evitándolo por completo, lo que lleva a malos entendidos.
Asimismo, si la familia es el principal apoyo de cualquier persona, la base, buscar herramientas para expresarse adecuadamente ayudará a la comprensión y a solidificar la relación.
Falsas expectativas
No solo es común de padres a hijos, sino también más recientemente de hijos a padres la imposición de expectativas irreales. Suele ocurrir que unos u otros esperan que sigan cierta ruta que solo está en su mente, pero realmente sin conocer o respetar sus deseos propios, lo cual es fundamental.
¿Cómo resolver los problemas o conflictos familiares?
En segundo lugar, una vez ubicado la fuente del problema y su diagnóstico es posible hallarle una solución. No hay una respuesta mágica a para todas las situaciones, pero siempre hay algo que puedes hacer para trabajar y mejorar tus relaciones familiares.
Busca la manera de conciliar
La mediación es una de las formas más eficaces de enfrentar problemas de conflictos familiares. Esto se suele realizar mediante la intervención de alguien con una posición neutral para supervisar un debate entre las partes.
Expresa claramente qué cosas te molestan, cómo crees que se pueden solucionar y qué esperas obtener al final. Escucha la posición de tu familiar y trata de hacer una contra-oferta que sirva de punto medio entre ambas posiciones.
Trata de llegar a una solución justa para ambos, y no temas ceder algo de terreno si no es vital para tu planteamiento. Seguramente salvaguardar esa relación valdrá todo el esfuerzo.
Ten presente estas recomendaciones
- Procura que en tu familia exista un entorno de aceptación y tolerancia que permitan que sus miembros se sientan libres de ser honestos.
- Visibiliza los problemas sociales y conflictos familiares a los que se enfrenta tu hogar con los más cercanos a ti.
- Es importante respetar los deseos y opiniones de los demás, no puedes cambiarlos para que se ajusten a tus deseos.
- Escucha, no solo para responder y contraatacar en alguna discusión, sino para realmente entender la otra posición.
- Practica la empatía, trata de ponerte en los zapatos del otro e imaginar qué harías en su situación.